dilluns, 15 de juny del 2009

"El mundo" entrevista a Juana Orta

A pesar de ser el único medio que la ha entrevistado, tristemente se le quiere presentar como una militante "abertzale", cuando sólo es una militante andaluza. Están aprovechando desde el poder un hecho puntual y además legítimo como es acoger a familiares de presos. Juana siempre ha dejado claro que ha sido así, sin importarle la cosmovisión del poder. Juana condena cualquier atentado contra la vida humana por cualquier motivo, eso lo sabe ella y todos los que la conocen. NO hay más que decir. No pueden decir lo mismo quienes no han condenado el franquismo, quienes siguen justificándolo, los amigos de la CIA, los del GAL, pistoleros de extrema derecha contratados para la guerra sucia, los que permiten que miles de niños mueran a diario por no tener un poco de comida, agua o sal sin que se les mueva su alma encandilada por el éxito bursátil que desde luego para el pueblo no es más que una crisis fabricada para la clase trabajadora y para los pueblos.

Enmedio de este panorama, Juana representa un oasis de reflexión, sapiencia, trabajo, constancia, civismo...es Juana Orta.

He aquí la entrevista



Juana Orta: 'Me mueve ayudar a familias de presos, sean de ETA o no'

Mario Asensio Figueras


Huelva.- La activista fue detenida por prestar 'apoyo' a la fuga del preso etarra que quiso matar al Rey y fue puesta en libertad horas después.

La activista Juana Orta, de 67 años, nunca imaginó que se vería envuelta en una situación como la que vivió el sábado, cuando fue detenida en su casa de Huelva en la operación Choco por prestar "apoyo" a la fuga del preso etarra que quiso matar al Rey y fue puesta en libertad horas después. No obstante, mañana deberá declarar ante el juez, según fuentes de la investigación. Orta admite que ha acogido a familiares de reclusos de ETA, pero niega formar parte de la estructura de la banda. Lleva a gala ser de izquierdas y haber batallado como sindicalista. Cree en la lucha social y en la solidaridad. En su empeño dice que no hace distingos y ayuda a quien lo necesite, sin juzgar y deseando no ser juzgada.

Pregunta.- ¿Cómo está?

Respuesta.- Ayer [por anteayer] pasé un mal día, pero me voy recuperando.

P.- ¿Ha quedado en libertad con algún cargo?

R.- Estoy en libertad, sin fianza ni nada, porque me dijeron que no había pruebas suficientes como para seguir detenida. Se llevaron mi ordenador y papeles de toda mi vida, del sindicato, de la Asociación de Derechos Humanos, de mis recuerdos, mis carteles, mis pegatinas de tantos años. Me han dicho que tienen que llevarlos a Madrid para que los vea el juez y que ya me avisarían para devolvérmelos, pero de momento no me han dicho que vayan a llamarme otra vez para interrogarme.

P.- ¿Esperaba verse en algo así?

R.- Pues no. Ni yo ni nadie.

P.- ¿Qué tiene que decir de la acusación de formar parte de la estructura de ETA para la fuga de presos?

R.- Que no es cierto. He dicho tranquilamente que no sé nada de eso. No me siento responsable de esas acusaciones.

P.- ¿Ha podido influirle la ideología etarra de forma inconsciente?

R.- No. A mí lo que me ha movido siempre y me mueve es la solidaridad, ya sea con familiares de estos presos o de otros.

P.- Pero, a través de su colaboración con diversas asociaciones, ¿no se planteó alguna vez que podría tener problemas por vincularse a presos etarras?

R.- No. Siempre he trabajado en los movimientos de izquierdas y he estado siempre en las organizaciones que están contracorriente. Era de la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT) y después del Sindicato Unitario, reivindicando unas mejores condiciones para los trabajadores del campo. Durante más de 30 años me he movido en eso. Éstos han sido mis enfrentamientos. Siempre a este nivel, no a otro.

P.- Teniendo en cuenta su relación con familiares de presos etarras, ¿cree que la política de presos que se desarrolla es la correcta?

R.- No entro en la cuestión ideológica, al igual que yo no quiero que en mi trabajo social entre nadie. Allá ellos con su política. Yo simplemente presto mi ayuda, haya lo que haya. Me mueve la madre de un preso que viene con más de 80 años y los pies hinchados. Le ofrezco mi casa para sentarse y tomarse un café, del mismo modo que he podido ofrecer la casa a otra persona que ha podido venir de otro sitio, de otra organización, en las mismas condiciones.

P.- Su causa es la solidaridad, independientemente de lo demás...

R.- Efectivamente, yo trabajo en la Asociación de Derechos Humanos como voluntaria y en otras organizaciones por el bienestar de Huelva y de todos los ciudadanos, para lo que haga falta. Ése ha sido mi movimiento y seguirá siendo mientras pueda, aunque físicamente cada vez estoy más tocada. Pero, dentro de lo que pueda, ahí estoy y estaré.

P.- ¿Se siente prejuzgada?

R.- Todavía no he visto ni periódicos ni nada porque hoy he ido temprano al hospital, donde tengo a un familiar que han operado de cáncer.

P.- ¿Cuál ha sido la reacción de sus vecinos y conocidos?

R.- No he parado mucho en casa, pero mis compañeros y amigos me han mostrado su apoyo.

P.- La gente de su barrio se mostró muy sorprendida por la detención y habló muy bien de usted.

R.- Mis vecinos me conocen desde 1952. Mis referencias son ésas y no le pueden dar otras. Nadie es un santo en la vida, pero tampoco tengo otra trayectoria. Lo que me gustaría es poder cambiar el día de ayer [por el sábado], pero eso no puede ser, es una realidad y hay cosas que en la vida te vienen así y las tienes que afrontar. Lo que me da pena es cuando llegue a mi casa y me encuentre con todo revuelto.

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